En el libro Evidencia que exige un veredicto, se nos dice en una de sus páginas hablando sobre la resurrección de Jesucristo: «La iglesia se fundó sobre la resurrección y refutarla habría destruido la totalidad del movimiento cristiano. Sin embargo, en lugar de tal refutación, a través del primer siglo, los cristianos fueron amenazados, apaleados, azotados y muertos por causa de su fe. Habría sido mucho más simple haberlos silenciado presentando el cuerpo del Señor, pero nunca se hizo esto».
Nadie ha podido, aunque han sido muchos los que han intentado silenciar y hacer creer que la resurrección de Jesucristo fue un mito. En este mundo podemos visitar lugares y tumbas famosas, tales como las majestuosas pirámides de Egipto, que contienen los cuerpos momificados de antiguos potentados egipcios. También se puede visitar la Abadía de Westminster, en Londres, donde descansan los cuerpos de notables personalidades inglesas. El famoso cementerio de Arlington en la ciudad de Washington, D.C., en EE.UU., donde descansan los restos de muchos americanos prominentes. Y es que entre estos lugares y la tumba de Cristo existe una diferencia tan grande como la que existe entre la noche y el día. Estos lugares son famosos y atraen visitantes de cerca y de lejos por lo que contienen, mientras que la tumba de Cristo es famosa por lo que NO CONTIENE. Y es que, si alguna vez tienes la oportunidad como yo la he tenido de visitar Israel, verás que al visitar la tumba de Cristo solo encontrarás un lugar vacío. Y está vacío, no porque robaron su cuerpo, o porque se lo han comido los gusanos. Está vacío porque CRISTO HA RESUCITADO. Esta es la gran afirmación y la esperanza de nuestra fe cristiana. Vive hoy creyendo y disfrutando a Cristo como el Resucitado.
Tomados del libro de devocionales del Pastor: “Meditad sobre vuestros caminos”.