Alguien dijo en una ocasión: «Cuando veas un gigante, examina antes la posición del sol, no vaya a ser la sombra de un pigmeo».
¿Cuántas veces a lo largo de nuestra vida, y como el pueblo de Israel en el pasaje de Números, hemos y seguimos viendo gigantes donde no los hay? ¿Cuántas veces nos hemos creído todas las mentiras que quizás la mayoría han dicho tanto sobre Dios, como sobre nosotros mismos y su iglesia? ¿Cuántas veces habrás escuchado tú, igual que yo, frases como estas: «Eso ya lo intentaron otros y fracasaron, tú nunca lo conseguirás; si otros más capaces que tú se dieron por vencidos ¿por qué tú lo conseguirás?». A que te suena todo esto… ¿Y sabes qué es lo más simpático de esto?, que te lo dicen personas que realmente son unos fracasados en la vida. Son esas personas que nunca han intentado nada, pero tampoco se arriesgan por intentar algo que realmente merezca la pena. O si lo han intentado y fracasaron la primera vez, ya no son capaces de levantarse y continuar intentándolo.
Querido amigo lector, como dice nuestro pasaje del encabezamiento, este mundo está lleno de personas que solo ven gigantes delante de ellos. Te recuerdo la historia, todos esos diez espías que fueron con Josué y Caleb, y asustaron al pueblo con sus argumentos de los gigantes y desacreditando la tierra que Dios le había prometido a su pueblo, murieron de plaga delante del Señor. (Números 14:37).
Por favor, deja de ver gigantes donde no los hay y comienza a creer y ver al gran gigante que sí te dará la victoria, Jesucristo.