Blaise Pascal, científico, filósofo y escritor francés, dijo en una ocasión: «Solo conozco dos tipos de personas razonables: Las que aman a Dios de todo corazón porque lo conocen, y las que lo buscan de todo corazón porque no lo conocen».
Cuando Alexander Graham Bell, este hombre visionario, inventó el teléfono, pocos creían que este invento sería de tanta utilidad en nuestros días. Este útil invento consiste en la transmisión de sonidos a la distancia usando la electricidad. ¿Quién no ha usado un teléfono en los últimos días?
Hoy existe un número de teléfono completamente gratis y que está a la disposición de todas aquellas personas que quieran usarlo. Y para usar este teléfono, no necesitas usar la electricidad, ni cualquier otro invento moderno para poder hablar. Ese número de teléfono tiene un coste cero y una recompensa altísima. Ese teléfono tiene línea directa con Dios. Su número es: Jeremías 33:3. Y te puedo asegurar que cuando llamas a ese número, nunca te saldrá un contestador automático, ni una musiquita que te haga esperar por varios minutos, ni un robot que te diga que pulses diferentes números según la opción que quieras usar, ni tampoco te saldrá una secretaria que te dirá si la persona con la que quieres hablar está disponible o no.
Quiero animarte a que pruebes a llamar a este número cada día, y verás cómo muchas cosas cambiarán en tu vida a partir de estar en continuo contacto con la persona que está al otro lado de la línea. Esa persona no es otra que el Señor Jesús, atenderá cariñosamente tu llamada, y te dará una respuesta conforme a Su Voluntad para cada una de tus consultas. ¡Llama ahora!
Tomados del libro de devocionales del Pastor: “Meditad sobre vuestros caminos”.