Alguien dijo en una ocasión: «No se puede defender lo que no se ama, y no se puede amar lo que no se conoce».
Si eres amante de los deportes, notarás que hay muchas personas que son auténticos «hinchas» de ese deporte. Ya sea el fútbol, el baloncesto, la Fórmula 1, el tenis… Sea cual sea el deporte favorito de estos «hinchas», muchos de ellos llevan su pasión hasta extremos increíbles. Son capaces de comprar toda la ropa de su equipo favorito, vestir sus habitaciones de los colores de su equipo, tatuarse su nombre en su cuerpo, y un largo etcétera.
Y si hablas con ellos, notarás que toda su conversación gira en torno a su deporte, o a su equipo favorito. Ya lo dice la Biblia en Mateo 12:34b: «…Porque de la abundancia del corazón habla la boca».
¿Eres tú un «hincha» de Cristo? Si así lo eres, lo cual sería mi oración y deseo para ti, ¿te estás preparando para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que demande razón de la fe que hay en ti?
¿Cuántas veces nos preparamos a nivel secular para poder llegar más lejos en nuestros trabajos y sueños aquí en la tierra? Pero ¿cuántas veces nos olvidamos de tomar tiempo para prepararnos en las cosas espirituales?
¿Cuántos creyentes incluso de años no son capaces de presentar un sencillo plan de salvación a sus compañeros de trabajo? ¿Cuántas veces sacamos tiempo para todo aquello que nos conviene, y para Dios muchas veces ponemos la excusa que estamos cansados, no tenemos tiempo, tengo que trabajar más para pagar mis deudas, etc.? Proponte levantar cada día la bandera y ser un «hincha» de Cristo.
Tomados del libro de devocionales del Pastor: “Meditad sobre vuestros caminos”.