Había una antigua canción de Rocío Durcal que decía lo siguiente en algunas de sus estrofas: «Cómo han pasado los años, cómo han cambiado las cosas…, Cómo han pasado los años, qué mundos tan diferentes…, Cómo han pasado los años, las vueltas que dio la vida…»
Al terminar este año, y tener ya empujando con mucha fuerza el nuevo año, sería bueno que tomáramos un tiempo para pensar en todo aquello que este año pasado nos ha dejado. Para algunos habrá sido un año de muchos cambios. Quizás habrán encontrado el amor de su vida. Quizás algunos lo habrán perdido. Para otros habrá sido un año de un nuevo trabajo, para otros quizás habrá sido el año que se perdió el trabajo, quizás habrán entrado en tu vida personas que de una u otra forma te han marcado para bien o para mal. Quizá habrá sido un año donde tu relación con el Señor ha mejorado, o quizás todo lo contrario. Si tomas un tiempo y haces balance del año, seguro que habrá momentos buenos y no tan buenos. Pero seguro que tendrás motivos más que suficientes para darle gracias a Dios por el año que está comenzando.
Hoy quisiera que tomaras un tiempo para meditar y pudieras reflexionar en todo lo que ha sido este año pasado. Luego toma un tiempo, ponte de rodillas ante Dios, reconoce tus pecados y pídele al Dios Todopoderoso que te ayude a comenzar bien este año para su Gloria.
Y a partir de ahora, ¿qué? ¿Qué del nuevo año que comienza? ¿Cuáles son tus metas para este nuevo año? ¿Qué lugar quieres que Dios ocupe en tu vida en este año que tenemos por delante?
El apóstol Pablo lo tenía muy claro. En los versículos del encabezamiento podemos ver cómo Pablo, aun cuando había vivido tanto y había servido al Señor de una manera maravillosa, aun cuando él escribía estas palabras del encabezamiento desde la cárcel, Pablo no es un conformista y no se dedica a vivir del pasado ni a disfrutar de «las viejas glorias». Pablo es un hombre que tiene muy claro por qué y para qué ha sido creado. Él quiere llegar a la meta. Él quiere conquistar las promesas que Dios tiene para él. Él quiere cumplir el llamado que Dios le ha hecho.
¿Y tú, mi hermano, mi amigo? ¿Estás dispuesto a proseguir a la meta cumpliendo así la voluntad de Dios para tu vida? Quiero animarte a que mires al futuro, no desde tu perspectiva sino desde la perspectiva de Dios. Él quiere que tú seas usado para su Gloria. Él quiere llenarte de bendiciones. Por favor, no te las pierdas por una vida llena de pecado y sin sentido. Disfruta de Dios, merece la pena.
Tomados del libro de devocionales del Pastor: “Meditad sobre vuestros caminos”.