Alguien dijo en una ocasión: «El mundo está en las manos de aquellos que tienen el valor de soñar, y que se atreven a correr el riesgo de vivir sus sueños».
Muchas veces y a lo largo de la vida he tenido la oportunidad de hablar con personas que tienen muchos y nobles sueños. Pero va pasando el tiempo, y por alguna extraña razón, esos sueños se van olvidando y se quedan en nada. ¿Cuál es la razón de que la gente no continúe luchando y persiguiendo sus sueños? Bueno, creo que hay muchas razones que no tendríamos el espacio suficiente en esta hoja para poder desarrollarlo todo.
Pero algunas de esas razones pueden ser: falsas expectativas, personas que son auténticos robadores de sueños y te dicen que nunca conseguirás lograr esos sueños, el desánimo, la apatía, etcétera. Pero si miras a tu alrededor, podrás ver que muchas personas igual que tú han y están alcanzando sus sueños. ¿Qué los hace ser diferentes? Creo que también hay algunas razones para ello: la más importante de esas razones es que han decidido confiarle esos sueños al dador de los sueños, que no es otro que nuestro amado salvador Jesucristo.
Fíjate que en el versículo del encabezamiento nos dice que, si nosotros confiamos en Él, «Él hará». Esa es su promesa.
Querido amigo lector, te animo a que pongas toda tu confianza en el Señor, hagas oídos sordos a las voces que te dirán que tú no puedes conseguir esos nobles sueños que el Señor pone en tu corazón, y te arriesgues. Lucha por esos sueños, ya que, si estás en el equipo de Dios, Él hará que esos sueños se puedan hacer realidad.
Tomados del libro de devocionales del Pastor: “Meditad sobre vuestros caminos”.